Una vez que hay síntomas en la zona perianal, el paciente debe acudir directamente a revisión con un cirujano general certificado. Por qué se hace hincapié en esto, porque el especialista lo identificará a la primera, no requerirá de hacer otros estudios, al menos que el absceso se encuentre muy profundo y haga pocos cambios en la superficie.
Se la da mucha importancia al tiempo para implementar el tratamiento porque el material purulento se disemina con rapidez y puede llegar afectar todo el periné (la zona entre el ano y los genitales), y ha habido pacientes que la infección sube hasta testículos, labios mayores y pared abdominal anterior. Las infecciones más graves son comunes en pacientes con obesidad, inmunodeprimidos o diabetes mellitus descontrolada (sin tratamiento).
El tratamiento es quirúrgico. Es una cirugía de urgencia, sencilla, pero que salva la vida del paciente. Se trata de realizar una ventana o agujero en la piel que comunicará con el espacio del absceso. Se drenará y curará con líquidos antisépticos. El procedimiento se hace con anestesia local en el consultorio. Se realiza una incisión en cruz y luego se cortan las orejuelas. Esto permite mantener abierta la piel para que el drenaje sea continuo y se ayude de curaciones diarias con jabón quirúrgico u otros antisépticos.