Absceso y
Fistula perianal

El tratamiento es quirúrgico. Es una cirugía de urgencia, sencilla, pero que salva la vida del paciente. Se trata de realizar una ventana o agujero en la piel que comunicará con el espacio del absceso. Se drenará y curará con líquidos antisépticos.

¿Qué son los abscesos anorrectales (perianal)?

Son infecciones de las glándulas anales que se localizan en a la parte final del recto. Tienen un conducto que lleva su secreción al exterior, en la zona anorrectal. Si este conducto se tapa, el moco empieza a acumularse, se reproducen bacterias inmediatamente y se crea una infección de toda la glándula.

Dr. Miguel Barragán

Especialista en el diagnóstico oportuno y el tratamiento inmediato de enfermedades del tracto gastrointestinal.

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Estas son algunas de las preguntas frecuentes acerca de la Cirugía de Absceso y Fistula perianal:

Los pacientes inicialmente sienten leve dolor o comezón en la zona perianal. El dolor se incrementa y empiezan a notar un aumento de volumen localizado o una “bolita” dolorosa. Puede llegar a provocar dolor al estar sentados. Si el paciente no acude con un médico y lo deja pasar, se presentará fiebre, escalofríos temblores y un dolor que se vuelve insoportable.

Los abscesos anorrectales se denominan primarios o inespecíficos cuando tienen un origen criptoglandular; y secundarios o específicos cuando se relacionan con otras enfermedades.

Se conocen varias teorías, la más aceptada es la infección de la glándula por obstrucción. Las criptas anales son pliegues de la mucosa del recto en donde se descargan los conductos glandulares. Las criptas anales pueden obstruirse por traumatismos, cuerpos extraños, o materia fecal.

El material infectante de las heces penetra en las criptas; éstas, a manera de embudo, permiten que dicho material llegue a las glándulas. Posteriormente la infección se propaga a los tejidos perianales, perirrectales, o ambos. Por último se forma el absceso en algunos de los espacios perianales o perirrectales. También existen otros factores involucrados como la agresividad de la bacteria que infecta o el estado inmunológico del paciente.

Una vez que hay síntomas en la zona perianal, el paciente debe acudir directamente a revisión con un cirujano general certificado. Por qué se hace hincapié en esto, porque el especialista lo identificará a la primera, no requerirá de hacer otros estudios, al menos que el absceso se encuentre muy profundo y haga pocos cambios en la superficie.

Se la da mucha importancia al tiempo para implementar el tratamiento porque el material purulento se disemina con rapidez y puede llegar afectar todo el periné (la zona entre el ano y los genitales), y ha habido pacientes que la infección sube hasta testículos, labios mayores y pared abdominal anterior. Las infecciones más graves son comunes en pacientes con obesidad, inmunodeprimidos o diabetes mellitus descontrolada (sin tratamiento).

El tratamiento es quirúrgico. Es una cirugía de urgencia, sencilla, pero que salva la vida del paciente. Se trata de realizar una ventana o agujero en la piel que comunicará con el espacio del absceso. Se drenará y curará con líquidos antisépticos. El procedimiento se hace con anestesia local en el consultorio. Se realiza una incisión en cruz y luego se cortan las orejuelas. Esto permite mantener abierta la piel para que el drenaje sea continuo y se ayude de curaciones diarias con jabón quirúrgico u otros antisépticos.

Básicamente deberá seguir con las curaciones y baños de asiento. Muy importante mantener una higiene extrema en la zona, lavarse después de ir al baño. Tomar sus medicamentos según indique su cirujano. Si es diabético deberá tener un control de la enfermedad, acudir con un médico internista para que valore sus estudios de sangre y las cifras de glucosa y lípidos y aplicar las mejoras al tratamiento.

Una alimentación alta en fibra, verduras y frutas, ensaladas de preferencia. Su cirujano le indicará el consumo de suplementos de fibra como el Psyllium plantago, el cual facilita el tránsito intestinal.

Tiene gran valor el interrogatorio y la exploración física realizados por un cirujano. Se refuerza con estudios de laboratorio y se confirma con estudios de imagen como ultrasonido o tomografía. Son de bastante utilidad estos últimos en los casos de las mujeres en donde los órganos reproductores internos se encuentran en cercanía al apéndice y pueden ser la causa del dolor.

Después de una cirugía de absceso y fistula perianal si es posible, ya que no sólo se encuentra una glándula en la región. De hecho como comentamos el 30% de los pacientes ya tienen el antecedente de un absceso anorrectal.

Debido a que la herida se deja abierta para continuar con curaciones, la cicatrización completa será aproximadamente de 2 a 4 semanas. Es mayor en pacientes diabéticos.

Es más frecuente en los hombres que en las mujeres en una relación de 3:1. La mayor incidencia ocurre en la tercera y cuarta décadas de la vida. En aproximadamente 30% de los pacientes con abscesos anorrectales existe una historia previa de abscesos similares que se resolvieron con tratamiento quirúrgico y de forma espontánea.

Se ha visto mayor incidencia de abscesos y fístulas durante estaciones calurosas como primavera y verano.

Hemos observado que nuestros pacientes generalmente son hombres de 35 años o más, con sobrepeso u obesidad, la mayoría con diabetes mellitus, y pasan largas horas sentados en su trabajo, el cual se relaciona con conducción de vehículos.

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