Vesícula
Biliar
En personas con cálculos biliares sintomáticos se recomienda la colecistectomía laparoscópica, que consiste en la cirugía de mínima invasión para retirar la vesícula.
Los cálculos, piedras o litos biliares se forman por insolubilidad de elementos sólidos. Los cálculos pueden ser de colesterol o de pigmento.
En países occidentales alrededor del 80% de los cálculos biliares es de colesterol y 15 a 20% de pigmento negro. Los cálculos de pigmento son comunes en Asia.
Especialista en el diagnóstico oportuno y el tratamiento inmediato de enfermedades del tracto gastrointestinal.
Estas son algunas de las preguntas frecuentes acerca de la Cirugía Laparoscópica de la Vesícula:
La vesícula biliar es un saco en forma de pera de 7 a 10 cm de largo con una capacidad de 30 a 50 ml.
La vesícula y los conductos biliares son estructuras orgánicas pertenecientes al sistema digestivo, actúan en conjunto para almacenar y regular el flujo de bilis. La principal función de la vesícula biliar es concentrar y guardar la bilis hepática y liberarla en el intestino delgado en respuesta a una comida.
Al retirarse la vesícula en una cirugía no repercute en la salud del paciente, no realiza una función vital. Entonces la bilis que se produce en el hígado pasará directamente al intestino delgado, ya sin contar con un sitio de almacenamiento.
Algunas personas pudieran manifestar náusea o vómitos en las primeras semanas al comer alimentos grasosos, su sistema se adaptará a este cambio, pero si es recomendable disminuir la ingesta de alimentos grasosos.
Los cálculos, piedras o litos biliares se forman por insolubilidad de elementos sólidos. Los cálculos pueden ser de colesterol o de pigmento. En países occidentales alrededor del 80% de los cálculos biliares es de colesterol y 15 a 20% de pigmento negro. Los cálculos de pigmento son comunes en Asia.
El acontecimiento primario común en la formación de los cálculos es la sobresaturación de la bilis con colesterol. El colesterol es insoluble en agua y bilis, es decir, no se mezcla con estos elementos. Es decir, al haber mayor contenido de colesterol, este se concentra, se vuelve lodo y luego se solidifica.
La mayoría de las veces los cálculos en la vesícula son múltiples, de tamaño variable y duros, facetados o irregulares, con forma de moras y blandos. Los colores varían de amarillo blanquecino y verde a negro.
En personas con cálculos biliares sintomáticos se recomienda la colecistectomía laparoscópica, que consiste en la cirugía de mínima invasión para retirar la vesícula.
Mientras llega el día de la Cirugía de vesícula biliar se les sugiere a los pacientes que eviten grasas en la dieta o comidas abundantes. Dentro de estos alimentos se deben evitar además de las grasas la leche, cremas, yogurt, quesos y demás lácteos, así como huevos, aguacate, cacahuates, nueces, almendras, etc.
En diabéticos con cálculos biliares sintomáticos, debe practicarse a la brevedad una colecistectomía, ya que son más propensos a desarrollar una colecistitis aguda (inflamación activa) que con frecuencia es grave.
La colecistectomía laparoscópica proporciona resultados excelentes a largo plazo.
En la cirugía laparoscópica en más del 90% de los casos son 3 pequeñas incisiones que sólo requerirán lavado durante el baño habitual con agua y jabón. Posteriormente deberán mantenerse seca y cubiertas con gasas. Los puntos se retiran en 7 a 10 días. Es muy importante que el paciente inicie con caminatas en el hospital y en su casa.
Como la cirugía laparoscópica es un procedimiento de mínima invasión, las actividades cotidianas pueden hacerse desde la primera semana. Sólo cuidar la alimentación después de una cirugía de vesícula como se comenta previamente.
Es posible presentar estreñimiento después de una cirugía de vesícula cuando el paciente permanece mucho tiempo acostado en cama si tener actividad física. Los intestinos van enlenteciendo sus movimientos y en ocasiones se paran; incluso puede generarse distensión abdominal y dolor.
Ciertos estados de salud predisponen al desarrollo de cálculos biliares: obesidad, embarazo, factores dietéticos, alto consumo de alimentos grasosos, operación gástrica, resecciones intestinales, enfermedades hematológicas como talasemia o células falciformes.
Es tres veces más probable que en las mujeres se formen cálculos biliares, y sus familiares de primer grado tienen una prevalencia dos veces mayor.
La afección por cálculos biliares es uno de los problemas más comunes que lesionan el tubo digestivo; se estima una prevalencia en la población general de 11 a 36%.
La cirugía de vesícula biliar empleada actualmente es la vía laparoscópica, método de mínima invasión que sólo requiere de 3 a 4 incisiones, que miden entre 5 a 10mm. Esta técnica evita una gran incisión que se empleaba anteriormente debajo de la costilla derecha y que llevaba a la sección de grandes planos musculares, lo que favorecía mayor dolor postoperatorio y una recuperación más tardada.
En la laparoscopia o algunas personas la llaman de forma errónea técnica láser (no se emplea láser), se utilizan cámaras, lentes y monitores de alta definición, así como instrumental especial que permite la maniobrabilidad dentro del abdomen aumentando el rango de visión y disminuyendo el índice de complicaciones.
La prueba diagnóstica estándar para cálculos biliares es la ecografía abdominal (ultrasonido). En ocasiones se reconocen cálculos biliares en radiografías o tomografía de abdomen.
Si el paciente tiene síntomas típicos, debe realizarse ecografía de la vesícula biliar antes de la intervención quirúrgica, para evidenciar los cálculos. Los pacientes con ataque típicos que sólo demuestren lodo biliar en dos o más ocasiones y que sufren de ataques recurrentes de dolor abdominal se les justifica realizar colecistectomía.
La dieta post cirugía de vesícula biliar debe seguir siendo baja en grasas y lácteos en las primeras 2 a 4 semanas ya que la ingesta de estos alimentos puede causar náuseas, vómitos o diarrea. Posterior a este tiempo el cuerpo se acostumbrara a estar sin la vesícula y la absorción de los nutrientes mejorará.
Una colecistectomía temprana proporciona una solución definitiva en una hospitalización, tiempo de recuperación más rápido y un retorno más temprano al trabajo.
La fiebre en las primeras 24 a 48 hrs puede deberse a un control inadecuado del dolor provocando que el paciente no respire profundamente, ocasionando en el pulmón cambios que generan el aumento de la temperatura. Básicamente, si no hay una adecuada expansión pulmonar, la fiebre se presentará. No hay que confundirlo con infección.
La fiebre que se presenta después de una semana debe ser investigada a detalle en búsqueda de procesos infecciosos. Cualquier tipo de elevación de la temperatura debe ser valorada por el cirujano que operó al paciente, ya que éste conoce a detalle los hallazgos y el procedimiento que realizó y debe incluir una exploración física extensa e interrogatorio a detalle. La fiebre se define como un aumento de la temperatura arriba de los 38°C.